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en la esquina de mi calle, lo encontré vagaba solo y cabizbajo, con una sonrisa retorcida, y una mirada penetrante, allí estaba el, sin pensar me acerque y vi sus ojos, y tan cerca sentí su respiración, y se detuvo el tiempo y solo eramos los dos en medio de una calle finita, sin compromisos sin limites, sin frenos, con miedos, la luz me apagaba el rostro y el deseo me carcomía los huesos, la desesperanza me agitaba las hormonas y me incitaba a no pensar, y hacer mas, de repente colapsó el pudor y tus labios se fungieron sin querer con los míos, y de repente una toxina se deslizaba bajo mi lengua..... los recuerdos me persiguieron siempre, sin dejarme vida, ni paz, me acostumbre a ti en ese minuto justo en el me permití quererte....
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